Y TU... ¡TIENES UNA META?
Todos los días importan.
Cada jornada lleva 24 horas de aire en tus pulmones, sinapsis en tus neuronas y amor en tu corazón.
Los días con sus horas, minutos y segundos, parecen muy largos y fáciles de llevar, el tiempo es para siempre, pero un día de tu vida no lo es.
Desde antes de nacer, tenemos asignada una misión, esta viene impostada en nuestro interior y debe ser descubierta. La sociedad nos imparte además unos deberes y derechos que hay que cumplir, pero para lograr ser productivos en ambos, estos deben estar impregnados de sentimientos, emociones, acciones y voluntad.
Cada momento de tu existencia es una joya sagrada que debe valorarse y atesorarse sin igual. Hay vidas cortas y otras más largas, según la labor a cumplir, pero es claro que ese camino hay que recorrerlo con prontitud.
86.400 segundos se tienen diariamente para soñar, amar, reír, abrazar y explorar el mundo.
¡Como Lograrlo?
¿Cómo aprovechar sabiamente cada pedazo de tiempo que te han regalado?
Pues muy fácil…
Creando metas salidas de tus sueños más íntimos y para alcanzarlos practicar el ejercicio de ser consciente, detenerse un momento, respirar y conectado con la naturaleza pensar.
Y así, muy quedamente, recordar que te hace feliz, que personas, actividades o vivencias hacen vibrar tu corazón, llenándolo de esperanza y paz. Partiendo de ahí, anotar cada experiencia y deseo que repetidamente aparezca en tu mente para luego construir un camino de gozo ligado a tus ideas y creaciones propias.
Un solo pensamiento que entre a ti y te haga sonreír o suspirar, es el principio para saber cual es el camino a seguir.
Después divide esa idea en varios trozos, convirtiéndolos en un paso a seguir, en una realidad factible. Atesóralos siempre dándole una razón de ser.
A cada una de esas ideas iniciales, ponles nombre, actividad, espacio, lugar y un botón de stop para revisar. Tu existencia así tendrá un sentido diferente, porque no se trata solo de habitar esta tierra y pasar de largo, sino ir más allá y dejar huella.
Ser creadores de realidades que con sus tentáculos toquen otros seres, ser magos que cuenten y recreen historias, para que otros las sigan; ser artistas de sueños y anhelos que muevan el mundo.
La fantasía más extraña puede ser con el avanzar del día, un deseo que se convierte en proyecto y este, convertirse en el motor de tu vida, y quizás de la realidad de muchos más.
Por eso, hoy te invito a unirte a este momento, donde el verdadero compromiso contigo y con cada uno de tus días es soñar, soñar en grande sin detenerse para que cada momento de tu estadía valga la pena y tenga un sentido único que trascienda hasta la eternidad.
Sandra Patricia Fernández
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