CALMA
REFLEXIONES SOBRE “TODOS SOMOS UNO, EL HALLAZGO DEL ESPÍRITU”Alocadamente la gente corre por la calle, todos tropiezan y se agolpan unos contra otros sin siquiera saludarse; apurados en sus autos, con prisa muchas veces ya no recuerdan porque, en automático su vida transcurre. Miran el reloj cansados una y otra vez, acelerados hasta en la quietud de su hogar, comen con prisa, van al mercado y no son conscientes de lo que compran, miran al cielo y no ven nada, porque su celular les ocupa sus manos y su atención, y porque no decirlo, también su mente y su vida.
¿Esta nueva generación de seres llegó al mundo para cumplir, cumplir con qué? ¿Dirían algunos, quién sabe? Cumplir con metas, sueños por alcanzar, jefes exigentes, horarios apretados, vidas de consumo y afanes constantes porque necesitan crecer y experimentar.
¿Que nos deja esa expresión de vida Te preguntarás? No mucho, quizás dinero en nuestro bolsillo, halagos externos, un bien hecho, de vez en cuando, dicho por alguien que quizás no te conozca y muchos likes en tus redes.
¿Pero de fondo? De fondo está dejando ansiedad, desasosiego, incapacidad para sentir, pensar y a veces hasta amar, porque no hay tiempo, el tiempo es corto, el trabajo mucho y la vida se acaba. Una salud a tropezones, hogares rotos, infidelidades y niños y jóvenes en hogares repletos de lujos en la soledad de su espacio.
Creo que es momento de parar, de reflexionar y entender que la vida es una sola, que lo importante está aquí y en el ahora, en el compartir, en el amar, en el reír y soñar. Cosas que no permiten realizarse en la carrera diaria.
¿Pero cómo que no amo? ¿Si tengo esposo e hijos?, ¿preguntarían muchos?, si es cierto pero cuanto tiempo estas con ellos? ¿Cuantos almuerzos juntos compartiendo y sonriendo viven al mes? ¿Cuándo escuchas a tu hijo en las noches para evitar que se imbuya en sus equipos y redes sociales? ¿Cuantos abrazos has dado a tu pareja y simplemente así, han mirado el cielo por un rato?
¿Eso realmente es la vida?,
El verdadero sentido lo experimentas cuando estás en CALMA.
Cuando eres capaz de detenerte a disfrutar el sabor de un mango que encuentras a la vuelta de la esquina, cuando contemplas las estrellas brillando en el cielo y sonríes mientras buscas la osa mayor que no conoces. Calma, cuando al caminar a tu trabajo saludas a quienes te encuentras o simplemente miras por primera vez realmente lo que allí ha estado siempre y no reconoces, un árbol florecido, una niña sentada en la acera vendiendo flores, un balcón tallado en madera preciosa, que no veías por las prisas. Ahí está la vida.
¿Pero hay que soñar? ¿Tener metas? ¿Tener dinero?, claro, como todo, hace parte de la vida, pero vívela en CALMA, con la sensación del disfrute del camino, y no con la ansiedad de sólo alcanzar la meta; vívela involucrando a tus seres queridos en el proceso para que realmente valga la pena llegar.
CALMA dulce palabra que nos permite respirar lentamente y llenar nuestros pulmones para sentir la paz, y la tranquilidad que nos brinda recibir el oxígeno en nuestro cuerpo.
CALMA, para compartir una reunión con los amigos, lo mismo que las labores del hogar o el ejercicio matutino.
Paz, tranquilidad, sosiego, cada cosa a su debido tiempo, un paso a la vez con el disfrute del momento y la ilusión del futuro.
Reposo, para realizar tu trabajo diario atendiendo cada día con una entrega total, pero en orden y cultivando el cariño o respeto de quienes te rodean, sin hostigar, o maltratar, porque tienes afán, y todo debe hacerse ya.
Serenidad para planear, si, para planear toda tu vida, personal, física, social, económica, artística, espiritual. En la CALMA de tu mente, puedes trazar un plan de acción donde todo tenga cabida, inclusive el descanso y el amor.
Esas nuevas personas serán diferentes, disfrutarán los pequeños momentos de la vida con intensidad, compartirán realmente el tiempo con sus seres queridos incluyendo en ellos a sus padres como los seres que guiaron el camino, porque si, ellos también te necesitan y necesitan de tu tiempo.
Estos nuevos seres saludarán en el metro, y darán de nuevo la silla a la embarazada, se darán cuenta cuando su hijo llora y podrán abrazarlo, aunque no solucionen su problema. También podrán tener mucho dinero, el suficiente para vivir la vida sin aplastar y competir, estos nuevos seres seremos nosotros mismos, si así lo deseamos.
Basta con un SI, con un compromiso, con una sonrisa aquí y ahora.
Nosotros seremos los nuevos seres, si aceptamos caminar más lento, contemplar las flores en nuestro camino y dar un paso a la vez para reconocer el mundo y sus necesidades, porque en esta carrera actual nadie sabe lo de nadie, no se conocen las necesidades del otro ni siquiera las propias, porque sólo corremos y corremos para llegar a una meta que no tiene fin.
Imitemos a los Tuareg, nómadas del desierto que mientras hacen su trabajo cuidando las cabras, sonríen, porque disfrutan como el sol golpea el desierto creando olas en la imaginación, o como la hermosa jirafa que lentamente y sin afán estira su cuello para alcanzar su alimento y sin carreras alcanza el cielo.
El mundo puede ser mejor, nosotros podemos ser mejores, pero debemos quererlo, quererlo de verdad. Encontrar nuestro centro y a partir de allí hacer el cambio. Estoy convencida que una vida feliz parte del disfrute de las cosas pequeñas de la vida, de crear el camino y no tanto de llegar a la meta.
Bienvenidos todos a esta nueva ola de SER más y SENTIR más. Entonces el HACER será más fácil y el TENER llegará por añadidura.
“En la CALMA, se esconde el secreto.”
Sandra Patricia Fernández
Autora
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