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JOVENES DEL NUEVO MUNDO, ¿QUE HAGO CON MI VIDA? Autora Sandra Patricia Fernández

 

                                                     JOVENES DEL NUEVO MUNDO 

                                            Reflexiones del día ¿Qué hago con mi vida?

 

Hace algunos años, muchos como yo también tuvimos 20 años, vivimos y soñamos por igual.

Yo hago parte de ese tiempo, fui joven, poco rebelde, pero con inquietudes por el mundo. Siempre centrada en mis responsabilidades, pero amaba divertirme, tener amigos, salir, y sobre todo bailar, esto era mi pasión. La labor social siempre fue parte importante de mi vida y un estímulo para hacer pequeños cambios en mi mundo.

Las responsabilidades las cumplía sin presión, conocía mis obligaciones y responsabilidades y mi familia jamás tuvo que ir detrás para que las cumpliera. Sin embargo, eso no impedía que soñara y fuera feliz. Nunca exigiendo, siempre dando, situación que a pesar de los años y el paso de la vida no ha variado mucho. Mi responsabilidad con la sociedad continua y sigo sembrando y construyendo cada día desde la posición en la que me encuentre. Mis amigos y familiares de mi edad, vivían una situación similar, algunos quizás menos estudiosos o más parranderos, pero todos con la claridad que debíamos dar y recibir, inclusive a veces dar más de lo que recibíamos.

 

¿Qué ha cambiado ahora?  ¿Porque ser joven hoy en día es sinónimo de derechos y nunca deberes? ¿Porque creer que el mundo les pertenece y que cumplir metas, objetivos, sembrar y construir para hoy y para el futuro no es importante?  ¿Qué hace creer al mundo actual que todo lo merecemos, pero no debemos ofrecer nada a cambio?

Pensemos por un momento… La sociedad en la que hoy estamos, no es tan diferente de la que nos tocó hace unos años. Todos necesitábamos una actividad sana, deportes, trabajo, estudio. Para vivir, léase, vestirse, comer, tener un techo, divertirse, se necesitaba dinero, igual que hoy ¿generado por quién? Por cada núcleo familiar que se esfuerza, se compromete, construye metas y las saca adelante. Ese principio sigue siendo el mismo.

Si han cambiado algunas cosas, el avance tecnológico es impresionante, sabemos que debemos cuidar el planeta porque muchas cosas que antes se creían normales se ha descubierto que son dañinas, como el spray de los tarros, o el consumo excesivo de plástico, o el cigarrillo y el licor. Y es maravilloso ver los nuevos conceptos de reciclar, reutilizar y reducir, o campañas para el cuidado y protección de los animales y el respeto por el otro y sus diferencias. Sin embargo, la esencia no ha cambiado. La familia, el crear vínculos de amistad, la necesidad de prepararse y salir adelante, de amar y servir siguen tan vigentes ahora como lo fueron antes.


¿Entonces qué sucede ahora?

Necesitamos un tiempo de reflexión, de conocer la historia propia de nuestra familia, de nuestro país y del mundo para saber lo que pasa ahora de donde viene y que consecuencias trae buenas o malas. Necesitamos reflexionar sobre este nuevo mundo que brinda tantas comodidades que quizás atrás no existieron, pero que igual que antes sigue habitado por seres humanos que necesitan respeto, amor, tolerancia, comprensión y sobre todo paz interior.

Comprender que los jóvenes de hoy y de ayer también protestaron por las injusticias, que también ayer hubo errores por corregir, pero que la diferencia estaba en que esos jóvenes de antes se comprometían a aportar y construir una mejor sociedad, daban y creaban para ofrecer siempre algo mejor.

Los jóvenes de hoy tienen un grandioso futuro por delante, oportunidades de estudio únicas apoyadas en las tecnologías actuales, ofertas laborales e increíbles oportunidades de creación de sus propias empresas, más que en cualquier época de la historia. Cuentan con la bendición de la globalización lo que les ha permitido viajar y conocer el mundo en formas que hace 30 años no se pensaban, hoteles económicos, variedad de aerolíneas y precios, transportes variados, redes sociales que conectan a todos y a todo, un planeta para ellos, un planeta para disfrutar.

 

¿Cuál es la propuesta para los jóvenes de hoy?

 

Que se instruyan de verdad, hay infinidad de libros para abrir sus mentes, no sólo tiktok o Instagram, que valoren el tiempo en familia y las múltiples oportunidades de estudio que hoy les brinda el mundo, cursos libres, universidades presenciales y virtuales, etc. que comprendan que el futuro de nuestro planeta está en sus manos, y que la responsabilidad, el servicio social y las relaciones respetuosas, también son su deber. Necesitamos que abran los ojos y reconozcan lo que sus antepasados hicieron, lo bueno y lo malo, pero no para criticar y pelear, sino para hacer cambios, verdaderos cambios que provienen del esfuerzo personal y grupal, del aporte personal y del trabajo diario.  Nunca se va a construir un verdadero país, sino cuenta con jóvenes estructurados que guíen el paso a otros, sin gente comprometida y tolerante. Exigir constantemente que otros te den y provean es muy fácil, pero es la fórmula del caos, lo único que mantiene la libertad de los pueblos es el criterio, el esfuerzo constante y dirigido a una meta y el fortalecimiento de las instituciones que los componen, Incluyendo la familia, los centros educativos y el gobierno.

Hoy los invito a mirar la vida con nuevos ojos, reconociendo todo lo que está en sus manos y lo que depende de sí mismos para salir adelante.

NO SON LOS OTROS, SOY YO.

Hay que Cuestionarse, exigirse, observarse.

¿Qué puedo hacer hoy para mejorar mi vida, cual puede ser mi aporte familiar para apoyar el planeta y a los necesitados?

¿Cómo reto mis capacidades y creo empresas para generar empleos que ayuden a disminuir la pobreza, como recojo los papeles del piso, saco la basura de mi casa, como me ocupo de mis responsabilidades para formarme mejor y así dar el ejemplo?

 

“Recordemos que son las pequeñas cosas que cada quien realiza las que construyen un mundo mejor “

 

                                                                                                              Sandra Patricia Fernández 

                                                                               Autora





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