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LÍDERES ESPIRITUALES Enseñanzas y reflexiones del libro Todos Somos Uno, El Hallazgo del Espíritu Autora Sandra Patricia Fernández

LÍDERES ESPIRITUALES

Enseñanzas y reflexiones del libro Todos Somos Uno, El Hallazgo del Espíritu

 

Entendemos como líder una persona recta, con convicciones claras, con fuerza de espíritu y gran talante, que sabe guiar a otros por los caminos correctos sin temor y con pericia.

Un líder religioso debe tener las mismas cualidades, más una fe sólida, basada en experiencias personales, espirituales y principios firmes.

Desde el comienzo de los tiempos y a través de las múltiples razas y pueblos, los seres humanos hemos entendido que no solo somos carne y hueso, sino que somos algo más grande que conecta con un ser superior.

Dentro de los pueblos siempre han existido personas más sensitivas y con mayor conexión que otros, por lo que han sido elegidos para guiar la espiritualidad de su gente.

Tanto ayer como hoy, estos líderes han sido escogidos con la misma misión de guiar, conectar, ubicar y unir ambos mundos a pesar de sus limitaciones terrenales.

Son necesarios, para lograr centros de unión donde la energía natural confluya con fuerza, creando sentimientos mas puros y estables que lleven a las personas a ser mejores cada día.

Los conocemos con diferentes nombres según la región o creencia; sacerdotes, pastores, rabinos, lamas, arzobispos, patriarcas, Imán, por nombrar algunas de las principales religiones, pero todos han sido designados de alguna manera como representantes de la divinidad en la tierra, lo que implica de ellos, No perfección, lo que es imposible en esta humanidad, pero si, coherencia, servicio, tolerancia, altas dosis de fe y amor por si mismos y por el prójimo.

La necesidad de estos líderes positivos y comprometidos es más imperiosa que nunca, en momentos donde el mundo parece a veces una veleta. Su sabiduría puede ser de gran ayuda.

Les pedimos si, que se preparen, que al igual que todos, trabajen en aumentar sus fortalezas y contrarrestar sus debilidades a través de sus creencias, para que sean dignos ejemplos de la responsabilidad que les ha sido dada.

Hoy y siempre para mantener la fe, los valores y la bondad, necesitaremos de dos grandes centros de liderazgo, la familia y las instituciones religiosas, actuando estas, como columna principal del buen ejemplo, del buen ser y del buen hacer; una gran responsabilidad y un reto sin precedentes para estos días algo confusos en los que trasiega el mundo, pero confiamos en ellos más que nunca, al igual que confía en la tabla de salvación el naufrago perdido en el mar.

Sandra Patricia Fernández

Autora

 


 

 

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