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LA CULTURA CELTA , ENTRE EL CIELO Y LA TIERRA Autora Sandra Patricia Fernández

 

 

LA CULTURA CELTA

ENTRE EL CIELO Y LA TIERRA

 

Los Celtas, poco recordados en la era actual, fueron una civilización única en sus costumbres y vital para la formación de Europa y casi 20 de los países que la conforman, abarcó regiones como España, Irlanda, Gales, Escocia, Inglaterra, Austria, Alemania, por nombrar algunas.

Los primeros Celtas, o proto celtas, se originaron en las estepas de Rusia hace 3.000 años, al tiempo de culturas como la griega donde Homero escribía su Ilíada y el caballo de troya vencía en estrategia.

Los primeros Celtas se asentaron en Hellstat, Austria; su cultura con una extraña fortaleza interior, crecía y alcanzaba una plenitud de conocimiento, poco esperada por los otros grupos étnicos.

Indómitos guerreros, enamorados de la libertad y sobre todo de las ideas, por las cuales lucharon con gran ahínco, son los forjadores de vastos logros sociales, agrícolas y religiosos que llegan a nuestros días.

Su amor y conexión con la naturaleza fue una de sus mas significativas virtudes, parecían uno con ella y la entendían en formas que ningún otro grupo social ha logrado hasta la fecha. Al mismo tiempo, sentían fuerte respeto por lo sobrenatural, quizás salido de la misma conexión con la naturaleza que se extendía más allá del entendimiento humano. Desarrollaron un vasto estudio práctico del ser interior y la influencia que recibía del exterior, así como de su relación con el espíritu divino y su mundo vibracional, casi impensable en esas épocas tan remotas.

Sus pobladores se movían entre los sabios Druidas que guiaban todos los aspectos de la comunidad, hasta los fuertes y valerosos guerreros, incansables a la hora de defender a su pueblo, su libertad y sus creencias.

Los Romanos, sintieron su poder y como se minimizaba ante ellos el suyo, por lo que decidieron exterminarlos y a los pocos que quedaran doblegarlos; pero no contaban con la resistencia del bastión irlandés, el cual debido al tipo de territorio y a la muralla de Adriano pudo escudarse, protegiendo su cultura y saber; el que aún se conserva en tradiciones y leyendas. Aun su idioma, el Gaélico, ha podido ser recuperado en regiones como Gales, Escocia y partes del mismo Irlanda.

En la actualidad se conocen relatos y construcciones Celtas como la de Stonehenge, o la de guías – sacerdotes como el inmenso Merlín de las leyendas medievales; pero también existieron fuertes caudillos como Vercingetorix o Viriato, líderes de sus comunidades por mencionar algunos.

Tuvieron una cultura compleja, con un elaborado sistema de leyes, donde la ética y el respeto por su grupo prevalecían, y una extensa riqueza literaria, que inició por tradición oral, lográndose rescatar en épocas más recientes.

Sus puntuales legados como la creación del pantalón largo, o sus rituales agrícolas para agradecer y celebrar, que con el tiempo nos llevaron a disfrutar de una sencilla festividad infantil como el Halloween, dejan una estela de cognición que, además, se refleja en sus múltiples narraciones; en ellas conviven con los seres intermedios del bosque, hadas, duendes, leprechauns, teniendo cada uno un rol dentro de su comunidad, y resaltando las intensas conexiones con la naturaleza; todo esta concepción incluso, ya se vivía desde tiempos precristianos.

Devolver el tiempo para retomar conceptos vitales como la libertad, la unión incondicional recíproca con la naturaleza y la conexión espiritual como motor de vida, deberían ser tomadas por los nuevos estados y las personas en general, como ejemplo para cambiar gradualmente la concepción de solo lo material y dar un paso a  lo trascendental, teniendo más oportunidades de abrir espacios mentales para la contemplación, la creación y la cultura, entre otros,  poco frecuentes en muchos lugares actuales, que han cambiado todo esto por exceso de celulares y poca imaginación.

Retomar partes exitosas de la biografía de los pueblos, reconocer sus aportes y aplicarlos en las nuevas generaciones, puede llegar a ser una verdadera forma de generar cambios interiores a nivel individual y grupal, en este mundo contemporáneo tan golpeado por los conceptos light, los valores duales y la falta de fe.

                                                           Sandra Patricia Fernández

Autora

 


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